viernes, 17 de febrero de 2012

La lucha por tu partida.


Los símbolos escritos en la palma de tu mano
se funden con el polvo del camino
que nos lleva al mismo desierto
de donde parten los corazones desenterrados.
La luz tenue de las velas reparte sombras
en el suelo donde el aire revolotea
en busca del frío del descorazonado del que se alimenta.
¡Honor a los amantes devorados por la Luna!.

La bruja sacerdotisa de los espacios abiertos
invoca a las huestes de pájaros negros en nuestra contra,
pero tenemos las manos invisibles entrelazadas con signos protectores.
Al fondo puedo ver el horizonte
que se dibuja a si mismo, entre las brumas, como una línea luminosa.
Está mi alma nublada y confusa con la perdida de tu calor por tu piel lejana.
El frío avanza, como la muerte, por entre las dudas
y solo necesito una palabra para resquebrajarme o vivir.
Viejas melodías se tornan presagios para mis pocas expectativas
y acuden a mi mente salmos oscuros de nuevo, malditos por sus palabras
sin esperanza.
¡Valor a los pobres de espíritu!.

Pero tú, mi luz salvífica, apartas, con tu mano, la seda que del cielo
oculta el brillo y el abrazo tíbio del sol, y abres nuevos caminos entre el polvo,
que se deja ver entre los haces de luz como partículas rojas de atardeceres.
Señalas con tus dedos nuevas sendas
que nos llevarán a donde nunca la sombra tuvo sentido.
Allá donde las brújulas se desconciertan entre tanto vértigo.

El amor a tu recuerdo me traerá el testigo de tu entereza.
Tu siempre azulada mirada limpia, absorbe la energía pálida
que quiere tragarme de nuevo. Y sé que luchas
mas allá de las tierras medias por mi liberación.
Es la humillación de no saberte a salvo la que me corroe.
Estamos consagrados a una estirpe que no muere
y desde ella, fascinados por su inquebrantable ley,
nos mandamos secretamente rayos de abrazos dibujados en el aire húmedo.
 La electricidad sabrá serpentear los recelos y llegar a ser centella.
¡Alabados sean los corazones luminosos!

No podrán los magos de cabeza de perro roer mi determinación
a cambiar de mundo contigo.
Sangre negra y bellas palabras llenas de oscuras intenciones
albergan mi espejo, del que no parto, pero tu traes otro reflejo.
 Una esquirla que cambia diametralmente el ácimut.
Las danzas rituales alcanzarán pronto el grado de sagradas.
¡Que no se pase la hora incierta que a punto está!.
Regresa pues por el Ponto a mi rescate, al amanecer veré tu estrella.
Termina con este invierno hostil,
desde tu mirada, tu sonrisa, tu palabra:Tu presencia.
¡Loado sea el Amor que me transmites!.